NO ESTOY DE ACUERDO: Mi postura sobre emigrar sin papeles

A favor, en contra, no importa. 

Me mojo. Venirse sin papeles, es chungo. Pero venirse sin papeles y con muchachos, lo considero irresponsable. La nevera tiene que estar full para los niños, siempre, y el trabajo en negro no da para eso. Y las angustias de papi y mami viendo de dónde sacan un euro para completar cincuenta céntimos tampoco son buenas para los niños, como tampoco es bueno pasarse noches en vela, llorando por no saber si te van a desahuciar del piso por no haber pagado la renta, pasando frío porque no tienes para pagar la calefacción, o sin saber de dónde vas a sacar el almuerzo de mañana.

Mi rol, no tan solo como abogado, sino como venezolano comprometido con mis paisanos, es dar un consejo DENTRO del marco legal. Lo contrario violaría mi Código de Ética (el de cualquiera de los dos países), y sería además profundamente irresponsable. 

En definitiva, y hablando claro, cada persona es un mundo y cada quien vuela su papagayo donde y como quiere. La decisión de emigrar es dura, y creo profundamente que todos nosotros hemos sido unos valientes al escapar de nuestra zona de confort y buscar nuevos horizontes: todo es posible.

Y vamos a desmontar mitos. 

NO es cierto que nadie le pidió papeles a los españoles, portugueses e italianos que llegaron a Venezuela cuando Pérez Jiménez. Sí que les exigieron documentación, y acreditación de experiencia profesional, para que finalmente les otorgaran su residencia. Y pregúntenselo a los abuelos, a los nonnos, para que les echen las historias. 

NO es cierto que España nos deba nada, ni tampoco nosotros le debemos nada, salvo la pésima asesoría de los podemitas al régimen, que ha servido para hundirnos aún más. Así que a olvidarse de la Madre Patria, que aquí, con o sin papeles, hay que currársela duro, muy duro, para alcanzar el sueño. 
Eso sí: objetivos claros. Conocimiento de la pela que se va a aguantar. Paciencia para soportar lo que viene, y humildad para disfrutar los éxitos que depara la perseverancia y el trabajo duro. 


De allí en adelante, que cada quien haga lo que desea. Si me escuchan, o no, ese es problema de cada quien. 

Por mi parte, yo le doy gracias a Dios y a esta tierra que me ha acogido con brazos abiertos por ayudarme a seguir siendo ABOGADO, así en mayúsculas y con todas sus letras. Y que conste que las he pasado putas, como todos. Poco más que eso. Y el emigrante que les eche una historia diferente, simplemente es mentira. O tiene todos los reales. Ya.


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José Antonio Carrero Araujo es un abogado hispanovenezolano, inscrito como ejerciente en los Ilustres Colegios de Abogados de Santa Cruz de Tenerife (Nº 5189) y de Caracas (Nº 21071).